¿En cuántas ocasiones has tenido que pedir prestado para terminar la quincena? O ¿Te has sentido presionado por no saber si lograrás cubrir todos tus gastos? En cualquiera de estas dos situaciones, una buena administración de tu dinero podría ayudarte a evitar el estrés financiero.
Todos estos sentimientos de incertidumbre o ansiedad pueden intensificarse con la subida de precios que genera la inflación y que actualmente estamos experimentando a nivel global. Por esa y más razones, no está de más intentar gastar menos y ahorrar un poco. Te dejamos cinco pasos para que comiences a lograrlo y de paso mejores el manejo de tu plata.
1. Analiza tus gastos actuales
Para poder mejorar tus finanzas, primero debes saber en qué estás gastando tu dinero y los errores que estás cometiendo. Una buena forma de identificarlo es anotando todas y cada uno de las compras, pagos y gastos que realizas en un cierto periodo de tiempo, puede ser semanal, quincenal o mensual.
Por muy mínimos que parezcan tus gastos, todos suman, por lo que tendrás que ser bastante juicioso y anotar absolutamente todos. Puedes comenzar tu control de gastos en una libreta o de forma digital, en tu celular o en un documento en tu computadora.
2. Divide y califica tus gastos
Una vez que tengas identificado en qué se te va el dinero, tendrás que dividir todos tus gastos en fijos, variables y de ocio.
Un gasto fijo es aquel que sí o sí tienes que hacer y que debes cubrir de manera constante. Ejemplo: el pago del arriendo o de los servicios del hogar.
Un gasto variable es aquel que tienes solo en ciertas ocasiones. Ejemplo: el pago de alguna de tus suscripciones de streaming de música o películas.
Y los gastos de ocio, son aquellos pagos o compras que realizas por diversión o que destinas a actividades que no influyen en tu calidad de vida. Ejemplo: la boleta del concierto al que quieres ir.
3. Selecciona los que eliminarás o reducirás
Después de dividir tus gastos por nivel de prioridad, tendrás que identificar los que eliminarás. Sabemos que hay algunos que no puedes reducir, como el pago de tus deudas, sin embargo, es importante que recuerdes que, el objetivo de esta actividad es reducir lo más que puedas, por lo que tendrás que ser realista y honesto contigo mismo al momento de elegir, pues de esto dependerá que realmente puedas ahorrarte algo de dinero.
Tip: una forma rápida y sencilla de elegir los gastos que se quedan y los que se van, es preguntarte que pasaría si dejarás de gastar en eso. Continuando con el ejemplo de las suscripciones a plataformas de entretenimiento, analiza si es realmente necesario tener varias o qué pasaría si solo conservarás tu plataforma favorita.
4. Comienza un ahorro
¿Ya sabes cuáles gastos eliminarás y cuáles conservarás? Ahora solo necesitas ser constante, sabemos que el inicio puede resultar sencillo, pero conforme pasan los días, evitar los gastos innecesarios puede convertirse en todo un reto.
Y es que, uno de los errores más comunes después de eliminar gastos, es creer que entonces ahora cuentas con un mayor capital para destinar a los pagos o compras que conservas. Por esta razón, es importante que una vez que identifiques cuánto dinero te sobrará, realices los siguientes puntos:
- Examina qué gastos o pagos dejaste de tener.
- Evalúa cuánto más tiempo estarás sin realizarlos.
- Verifica que ese dinero no te haga falta para otro pago.
- Enlista tres metas que te gustaría alcanzar con ese sobrante.
- Elige el objetivo financiero por el que comenzarás.
5. Crea presupuestos
Un factor importante en el proceso de reducción de gastos, es llevar un control de todos aquellos pagos que no puedes eliminar. Por eso, es importante antes de realizar todas tus compras y gastos, comiences un presupuesto. Deberás incluir un apartado para absolutamente todo, incluso para aquellas actividades de ocio que tengas planeado realizar durante la quincena o el mes.
Entre los principales beneficios de llevar un presupuesto están:
- Administras mejor tu dinero.
- Identificas más rápido tus gastos cotidianos que suelen pasar inadvertidos.
- Desarrollas mejores hábitos financieros.
- Tienes un mayor control de tus gastos.